¿Somos animales de costumbres? En lo que atañe a la conducción, sí. Todos los conductores tenemos una serie de hábitos que si nos los controlamos podrían acabar dañando nuestro coche. Y es que la manera que tenemos de conducir es de suma importancia para nuestra seguridad.
En nuestro día a día, muchos conductores nos acomodamos y nos relajamos, buscando formas de conducir más cómodas, que a veces terminan convirtiéndose en vicios al volante. En Botioauto te presentamos algunos de ellos, ¡toma nota!
1-No verificar periódicamente la presión de los neumáticos
Puede causar un desgaste irregular, provocando que se deterioren de manera de forma acelerada. El neumático puede sufrir también un reventón, causando un accidente o, en una situación menos grave, daños en la llanta.
Consejo: Acostúmbrate a comprobar la presión de los neumáticos y siempre antes de realizar un viaje largo.
2-Circular con el motor a bajas revoluciones
Si tu motor es diesel, puede afectar a la válvula EGR, que acumula más carbón, reduciendo su vida útil en un 50%. En los motores de gasolina podemos también dañar el catalizador, transformándose en un depósito de carbón. El filtro de partículas es otro elemento que puede sufrir con este “vicio”.
Consejo. Mantén el motor a un régimen de revoluciones donde sientas que responde en cuanto pisas el acelerador.
3- Abusar de los frenos en descensos prolongados y pronunciados
Puede acelerar el desgaste de los discos y pastillas, así como provocar deformaciones en los discos. A la larga, el sistema de frenos será menos resistente a la fatiga y se producirán vibraciones en el volante, además de deteriorar el líquido de frenos.
Consejo. Utiliza relaciones de cambio cortas cuando estés en una pendiente acentuada (bloquear con el motor) con el objetivo de disminuir el desgaste de los frenos.
4-Acelerar el motor sin que haya conseguido la temperatura ideal.
Cuando arrancamos el motor necesita de algunos segundos para que el aceite llegue al circuito y para que alcance la temperatura ideal, por lo que acelerar en exceso con el motor frío provoca un mayor desgaste interno del motor.
Consejo. Para evitarlo, espera cerca de un minuto antes de comenzar a circular con el coche. A partir de ahí, acelera siempre de manera progresiva evitando que el motor supere las 2.700 rpm si es Diesel y las 3.500 rpm si es gasolina.
5-Mantener el pedal del embrague presionado cuando el coche está parado.
Esto provoca un mayor desgaste del embrague y de todos los componentes asociados a él. Aunque no se mantenga presionado el pedal a fondo, siempre se producen fricciones internas, afectando al disco y a todas las piezas que actúan sobre él.
6-Conducir con el coche en reserva
Si conduces con el coche en reserva es posible que estés desprotegiendo la bomba de combustible de tu coche. En los automóviles con inyección electrónica, la bomba de combustible, que es eléctrica, está sumergida en el tanque. Por lo tanto, el nivel de combustible debe ser suficiente para garantizar la lubricación y el enfriamiento de la bomba, posibilitando su funcionamiento.
Consejo. Intenta no echar diez euros cada vez que repostes y procura mantener lleno el depósito cuando te toque repostar.
7-Parar el motor de golpe tras un esfuerzo extra
Cuando apagamos el motor sin dejar “reposarlo”, el aceite que mantiene el circuito todavía tiene tendencia a carbonizar, causando la avería del turbo.
Consejo. Intenta mantener el coche cerca de dos minutos al ralentí. Es el tiempo suficiente para que el sistema de refrigeración y la propia circulación de aceite enfríen el turbo.
8-Mantener la mano apoyada en la palanca de cambios
Cuando llevas la mano apoyada en el cambio durante la conducción, estás ejerciendo presión sobre los mecanismos internos de la caja de cambios, lo que acaba por desgastar y provocar holguras en los sincronizadores, los rodamientos…
Consejo. Intenta conducir con las manos en el volante el mayor tiempo posible y coloca la mano en la palanca de cambios sólo cuando vas a cambiar de marcha.
9-No frenar lo suficiente antes de pasar por un badén
Pasar rápido por encima de un badén puede provocar problemas en los puntos de anclaje de la suspensión.
Consejo. Acostúmbrate a circular despacio en zonas de badenes y resaltes y frenar justo antes de pasar por encima de ellos. De esta forma la suspensión tendrá que trabajar menos al pasar por estos obstáculos, y no dañaremos el coche.
10-Dejar un neumático subido en un escalón cuando aparcamos
Esto podría afectar gravemente a los neumáticos, ruedas y suspensión. Posibles daños: los neumáticos pueden sufrir deformaciones o cortes pequeños que obligarán a su reemplazo, las ruedas se pueden dañar si el impacto es severo y la suspensión puede desequilibrarse debido a rodamientos dañados
Consejo. Evita estacionar en los bordillos y si realmente no tienes más remedio, trata de subir por la parte más baja.